24 de noviembre de 2011
En El Hierro
la iglesia respira
en su interior de penumbras
las casas callan
detrás de los cristales
el sol
en el altar silencioso
el golfo es fuego
allá en Frontera
las hojas
verdes aflechadas
abrazándose se besan
los cielos
copula la mar abierta
con aguas de turquesa
calma dice el aire
y las flores
viven detrás de las cortinas
no lloran
y los perros husmean
vuelan gorriones
en el azufre del volcán
el zumbido del insecto se ha roto
el roce de los roedores
y la curiosidad de las gaviotas
rompen el aire
el eco de los pasos
la sed de agua bendita
el poder inmenso de la luz
de las caricias
y el salto alegre del delfín
sobre el misterio.
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