¡Oh, Dios!
Reparte las letras de tu nombre,
que cada cual obtenga su fonema,
la melodía y sus acentos.
Haz que se multipliquen tus milagros:
que los grandes aguaceros
rieguen los barbechos,
y que el mar tenga rutas de esperanza
cuando despierten los alacranes.
Haz que crezcan
frutas en árboles bendecidos,
que sean dulces los océanos,
y que no haya lobos en las fases de la luna.
Reparte tu nombre,
extiende la lógica del verbo,
y no permitas la unión
de capital y tiempo.
Reparte las letras de tu nombre,
que cada cual obtenga su fonema,
la melodía y sus acentos.
Haz que se multipliquen tus milagros:
que los grandes aguaceros
rieguen los barbechos,
y que el mar tenga rutas de esperanza
cuando despierten los alacranes.
Haz que crezcan
frutas en árboles bendecidos,
que sean dulces los océanos,
y que no haya lobos en las fases de la luna.
Reparte tu nombre,
extiende la lógica del verbo,
y no permitas la unión
de capital y tiempo.
2 comentarios:
¡Oh, Dios, qué bonito Joaquín!
¡Qé feliz debe estar Lola a tu lado por las mañanas, si le despiertas con cosas de estas!
Un beso.
Hola Joaquín. Gracias por visitar mi blog. He respondido a tu pregunta en la misma entrada donde dejaste el comentario. Un abrazo.
José Antonio
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