Dejad que hablen los huesos,
que articulen sus palabras necesarias,
que germinen las consonantes
con que se escribió la muerte;
el eco de los tiros de gracia
rebota por las bancadas del coro
y pide ayuda al sistema público de pensiones.
Hoy niños rotos
escarban con dedos septuagenarios.
El aire está cansado de silbar,
el tiempo oxida las cerraduras,
y erosiona piedras centinelas.
Sólo una nube de azúcar
señala con su sombra el lugar exacto.
1 comentario:
Me remite a la guerra civil Española, pero los dos últimos versos me despistan, a no ser que estén cansados de vivir y la muerte sea una liberación.
En todo caso es poesía, se explica por si misma, el impacto que me produce es el de un país que olvida que algo muy gordo les pasó hace años.
Publicar un comentario