Un aroma de coñac y arroz con leche
persiste frente al balcón que mira a la alameda.
La justicia
desbocada sobre caballos de acero
cubrió el mantel de Noche Buena.
La abuela amarró sus nietos a las medias,
pero en la noche de pezuñas oxidadas
las mujeres masticaban gritos.
Un barco abrió su vientre
y encubó
desgarros de gaviotas.
Lejos quedó
la casa sin tejado,
y surgió un olor a rata entre ratas muertas.
El arroz con leche
quedó pegado a las paredes,
los cuerpos vacíos, por las sillas
y el humo de los puros, faro de la melancolía.
persiste frente al balcón que mira a la alameda.
La justicia
desbocada sobre caballos de acero
cubrió el mantel de Noche Buena.
La abuela amarró sus nietos a las medias,
pero en la noche de pezuñas oxidadas
las mujeres masticaban gritos.
Un barco abrió su vientre
y encubó
desgarros de gaviotas.
Lejos quedó
la casa sin tejado,
y surgió un olor a rata entre ratas muertas.
El arroz con leche
quedó pegado a las paredes,
los cuerpos vacíos, por las sillas
y el humo de los puros, faro de la melancolía.
2 comentarios:
¡¡A ver Joaquín!!
Esto que es ¿nostalgia drástica y pesimista?
Porque mira que te ha salido oscuro y lúgubre.
Como siempre muy bien escrito, pero si tu interior está tan negro y lleno de cosas desagradables, debes salir corriendo y que te de el sol, por favor. ;-)
Muchos besos.
P.D. Joaquín ya estás embarcado y te has perdido tu perfil ¡¡cachiiiis!!. :))
Te ha salido muy tropical, casí veo a uno que espera su carta que nunca llega...
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