28 de julio de 2009

UN POEMA CADA DÍA, XII


Érase un vez
un árbol redondo
al que le gustaba hablar
con sus hojas que eran para él
hijos de una gran familia numerosa.
Las hojas no siempre entendían todo lo que
les decía, pues el árbol era viejo y le gustaba
dar consejos, y hartas de tanta monserga,
unas se largaban del árbol y fueron ca-
ducas, otras iban al Paraíso y eran
taparrabos y otras sin saber qué
hacer, se quedaban en casa
dando sombra a los
domingueros
y estos comían,
jugaban,
bebían,
reían,
yyy
yyy
yyy
yyy
yyy
yyy

encendían un cigarrillo
y acababan con los problemas de las hojas del árbol . Un beso y sombra
. JT