14 de septiembre de 2010

LAPIDADA II





¿por qué juegas mi niña con esa llama?
que los designios de dios
son del ulema
no sueñes tus sueños en esa cama
que los designios de dios
son del ulema

en la cárcel mi niña
de los azotes
hay cien caminos hacia la nada


cien azotes sobre tu espalda
cien navajas agudas bajo tu falda
cien surcos de sangre sangre que espanta
sal y vinagre vinagre y sal en tu garganta
manchas moradas sobre tus nalgas

de la mano de un ulema
el arado de tu dios labra tu alma
de la mano de un ulema
el látigo de tu dios lava tu alma
de la mano de un ulema
los cuchillos de tu dios abren tu alma
de la mano de tu dios a trozos llora tu miel de palma

mi cuerpo es ya de mujer
si dios me lo permitiera
bajo el sol en el río
la corriente de agua lo recibiera
entre juncos y barro
baja mi cuerpo por tu ribera
todo será de mi amado
bajo la sombra delgada de una palmera
amado mío si dios quisiera
contra las piedra mi cuerpo nunca muriera