23 de enero de 2010

VIC 2010


Nadie sabe dónde duerme
Ni quién es su compañera
No cabe en los bancos del paseo
Ni bajo las sombras de los plátanos de la avenida.
Sólo con los cartones de un gran almacén ha construido los muros
Que separan al frío de su sueño
Huele a escarcha y a vinagre
Sus escamas más esquivas se albergan en la nuca y en las ingles
Y no tiene alacenas
Todo en él es extranjero
Sin un “gepeese” en el bolsillo
Si un día suplicara
Las palabras estarían en su mirada
Sus labios sólo piden un poco de vino para suavizar el roce de la acera.
Y no tenemos.