14 de junio de 2009

REFLEXIONES II

Falar por falar

Es posible que dentro de unos años se encuentre la forma de deshacernos de los residuos nucleares y consideremos que no haberlas construido fue una torpeza. Es nuestro riesgo ahora.
Pero también es posible que dentro de unos años, cuando hayamos llenado el territorio europeo de centrales y tras haber solucionado el problema del suministro de energía (ja, ja) nos encontremos con que no sabemos como almacenar tanto residuo radiactivo.
En un principio los gobiernos de los países ricos, ya se sabe, trasladarían los residuos a países pobres y cuando llegaran momentos de conflicto, ¡hala! que se las arreglen solitos.
Se me ocurren varias causas que aconsejan no construir centrales: puede parecer exagerado, pero veamos lo que ocurrió con el automóvil, ¿quién hubiera pensado a principios de siglo XX que el mundo se iba a llenar de coches y que uno de los graves problemas de la humanidad iba a ser las emisiones de gases? ¿No se hubieran reído de aquel que hubiera dicho que las ciudades no iban a tener sitio para acoger a todos los coches que diariamente se mueven en su seno? Estas y otras consideraciones eran impensables en la génesis de estos problemas actuales; pero es que el sistema liberal basado en la iniciativa individual (quizás el mejor de cuantos conocemos) debe ser llevado de la mano, no por el famoso brazo de hierro, sino por la voluntad mayoritaria de los ciudadanos.
Alguno de los exegetas de la energía nuclear tendría que explicarnos qué podría ocurrir si un gran terremoto ocurriera en un lugar donde se almacenan los residuos, pues si prolifera la construcción de centrales aumentará, digo yo, el número de cementerios, asi como las posibilidades de que tiemble la tierra allá donde se encuentran esos especiales muertos vivientes.
Finalmente, se me ocurre que durante años se nos ha vendido la especie de que todos los seres humanos podíamos acceder a nuestra vivienda en propiedad a través de un compromiso hipotecario. Pues ya han visto, los más excelentes alumnos de Harvard, los más aventajados premios Novel, los FMI, los Ratos, los Brown ( a Solbes no lo nombro porque ya sabemos todos que no se enteró y que la culpa es de Zapatero), ninguno se enteró de que el mundo estaba al borde de un cataclismo financiero.
Iban a ser más sagaces y menos ambiciosos si se tratara de residuos nucleares. No olvidemos que en nuestro actual sistema económico todo está en la Bolsa de Valores.

Ya lo decía mi abuelita: más vale prevenir que curar.

No hay comentarios: