14 de septiembre de 2010

LAPIDADA II





¿por qué juegas mi niña con esa llama?
que los designios de dios
son del ulema
no sueñes tus sueños en esa cama
que los designios de dios
son del ulema

en la cárcel mi niña
de los azotes
hay cien caminos hacia la nada


cien azotes sobre tu espalda
cien navajas agudas bajo tu falda
cien surcos de sangre sangre que espanta
sal y vinagre vinagre y sal en tu garganta
manchas moradas sobre tus nalgas

de la mano de un ulema
el arado de tu dios labra tu alma
de la mano de un ulema
el látigo de tu dios lava tu alma
de la mano de un ulema
los cuchillos de tu dios abren tu alma
de la mano de tu dios a trozos llora tu miel de palma

mi cuerpo es ya de mujer
si dios me lo permitiera
bajo el sol en el río
la corriente de agua lo recibiera
entre juncos y barro
baja mi cuerpo por tu ribera
todo será de mi amado
bajo la sombra delgada de una palmera
amado mío si dios quisiera
contra las piedra mi cuerpo nunca muriera

4 comentarios:

JOAKO dijo...

En mi comunidad de vecinos (dos edificios, 308 pisos) hay una mujer musulmana que usa pañuelo en la cabeza, de esos que solo dejan ver el ovalo de la cara. Tiene dos hijas que vajan a la piscina, corren en bañador por el jardín, la madre las vigila dese lejos, vestida a la occidental, pero cubierta de pies a cabeza, a excepción de la cara, siempre pieso en hablar con ella, porque ella no habla con nadie, ni nadie habla con ella, pero desecho la idea porque pienso que le puede acarrear más problemas que bondades, dado que soy hombre. Me apena casi poder ver el collar autoimpuesto de su sociedad, y que llega a ochenta metros de la piscina, y también me apena que en cuanto las dos chiquillas menstruen serán atadas con el mismo collar. No se cuanto de este pensamiento es un prejuicio y cuanto es una observación empírica de la realidad.

JOAKO dijo...

bajan, ¡vurro!

Kim Basinguer dijo...

Que tristeza que por unas raices o creencias que nuncan cambian, algunos seres humanos se aprovechen de humillar y matar a otros.

María dijo...

Este poema JOAQUÍN, es menos tierno que el otro, pero mucho más sarcástico de un lado y de otro, una súplica por un sueño, que quizá un día pueda cumplirse, si de una vez entrara la cordura al mundo fanático y tremendamente cruel en el que le ha tocado vivir a tu protagonista ¿tú crees que esta gente puede tener esperanza? ¿o su destino lo escribirán eternamente con piedras?

Más besos JOAQUÍN.