23 de febrero de 2011

POEMA
















Era un lugar de guerras sin memoria.
Alguien buscaba hierba, lluvia
o el refrescante saludo de los besos,
pero sólo había himnos de cadetes.

Se quebró la distancia entre el colegio
y la casa familiar acobardada,
y tuve que caminar a tientas
con un bastón blanco en la memoria.

Presentía que había mundos interiores,
otras calles distintas
adonde nadie arrojara plegarias,
pero un hedor a venganza lentamente caramelizada
enmudecía las tertulias.

2 comentarios:

María dijo...

Eres un artista encajando imágenes con palabras, en el más realista sentido de la palabra. Es como si a la vez que escribieras pintaras en le blog con formas y colores. Ahora que nadie nos escucha, te diré que ante ayer le decía a E. que cada vez me caes mejor, es curioso lo que estoy descubriendo de ti aquí, hasta a E. la tiene sorprendida gratamente, aun cuando cñaro, su sorpresa es menor que la mía.

Verás, creo que tienes razón en esta España nuestra, aun pesan mucho las plegarias y la venganza por tiempos pasados y me temo que futuros, yo nunca he comprendido como el rencor anida con raíces tan profundas en la gente, pero es así... lo del 23F parece que queda lejano pero a veces parece que siguen resonando el ruido de sables por debajo de la mesa... ¡¡asusta la verdad!!


Un beso muy grande JOAQUÍN y otro gordo para L.

JOAKO dijo...

70 Años después y la herida no ha cerrado. Que pena que lo práctico en la transición nos hiciese olvidar que el duelo es siempre necesario, porque si no se forja un carácter que solo los eruditos saben de donde ha salido.

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza.
Entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.